Con esto termino la serie más asquerosilla de este blog. Como colofón os he guardado toda la serie de tripas que estaban colgando de los ganchos del puesto del Mercado de la Vucciria. ¿Desagradable? Sí, desde luego.
Pero ahora, fuera de bromas, la casquería es una auténtica delicia. En Palermo sólo probé un bocadillo de bazo y pulmón sobre el que ya hablé antes. Pero sí que puedo hablar de estos platos en Roma. Os recomiendo ir a alguno de los restaurantes del barrio del Testaccio, como el Da Oio a Casa Mia. Los callos, intestinos rebozados, sesos, etc. son una delicia típicamente romana. Como veis, ¡no todo son pizzas y macarrones en Italia!
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