En cualquier chino que se precie de serlo no puede faltar el pato laqueado. En el barrio chino de Nueva York tampoco, pero los muestran de una manera que a los occidentales nos sorprende. El problema es que se ve perfectamente al pobre pato, con pico y todo, colgando de un gancho cuando nosotros lo solemos ver campando a sus anchas en jardines y estanques. La verdad es que mirándolos de cerca, tan asaditos y crujientitos se despertaban mis instintos más primitivos. Daban ganas de comerlos con las manos. ¡Ay si mi hija se enterase de esto, con lo que le gustan los patitos!
martes, 7 de abril de 2009
Gastronomía neoyorkina (y 4)
En cualquier chino que se precie de serlo no puede faltar el pato laqueado. En el barrio chino de Nueva York tampoco, pero los muestran de una manera que a los occidentales nos sorprende. El problema es que se ve perfectamente al pobre pato, con pico y todo, colgando de un gancho cuando nosotros lo solemos ver campando a sus anchas en jardines y estanques. La verdad es que mirándolos de cerca, tan asaditos y crujientitos se despertaban mis instintos más primitivos. Daban ganas de comerlos con las manos. ¡Ay si mi hija se enterase de esto, con lo que le gustan los patitos!
Etiquetas:
China,
Chinatown,
Estados Unidos,
gastronomía,
Nueva York,
pato,
Turismo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario