Como dije en la entrada anterior, este fin de semana estuve en León. Lo pasamos genial, nos divertimos muchísimo y además pudimos ver el centro de la ciudad, que es increíble. No sólo por el gótico de su catedral, las murallas romanas o las pinturas de San Isidoro. Donde más pudimos disfrutar fue en el barrio Húmedo. Todas sus calles están llenas de bares típicos en los que pedir una caña y una tapa. Por cierto, resulta curiosos que muchos de ellos cuentan con un solo tipo de tapa por el que son conocidos por todo el mundo. Si quieres de tapa pizza, hay que ir a uno, y si quieres una croqueta, a otro. Es una buena forma de márketing. En la zona de la Plaza de San Martín hay algunos que ponen patatas fritas, no de las cuadradas, sino como las de bolsa pero hechas en sartén en el momento. Y con un toque de pimentón riquísimo.
El domingo nos encontramos con la procesión del Corpus Christi en la plaza de la Catedral. Estaba lleno de cofradías con sus pasos, bandas de música y niños y niñas vestidos de primera comunión. Nos llamó la atención que fuese tan numerosa. El día soleado y el marco de la Catedral hicieron que la escena pareciese sacada de una película de Garci.
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