Estos días están siendo perfectos para los caracoles. Calor y lluvia: ¡Qué maravilla! Todos los días, cuando mis hijas salen del colegio, corren a un descampado lleno de hierbas altas a recoger decenas de caracoles y luego a hacerles "nidos" para que vivan todos juntos. Pobrecillas, lo que no saben es que probablemente están preparando la cena a algún bicho mayor que coma caracoles.
Estas fotos son del mercado del centro de Palermo (Sicilia), de finales de julio del año pasado. A pesar del calor estaban todos vivos, gracias al agua que les echaba el dueño del puesto. No probé los caracoles palermitanos pero creo que son una delicia gastronómica. Eso sí, yo no los comería en cualquier tasca, sólo en un sitio que me aseguren que están bien purgados...
No hay comentarios:
Publicar un comentario