Pero aunque pudiese parecer que una excavación es una experiencia tranquila y poco excitante, la verdad es que en el Testaccio habita una fauna muy característica y peculiar. Al estar lleno de tejos de cerámica, conserva una temperatura mayor y se ha creado un microclima diferente al de la zona de Roma. Los animalitos más exóticos son los escorpiones y los mosquitos tigre. De los segundos no tengo fotos. Pero no olvido cómo todas las mañanas me untaba de Relec y al poco tiempo de ponernos a trabajar veía cómo el mosquito tigre (debería llamarse mosquito-elefante por su tamaño y su "gracioso" vuelo) venía tan tranquilo y se posaba sobre la piel grasienta del líquido a tomarse su desayuno.
El segundo es el escorpión, como el de la foto, que pertenece a la campaña del año 2008. No hacía falta buscar demasiado para encontrarlos. Debajo de cualquier pedazo de cerámica, en cualquier sitio soleado los había a decenas. No son grandes, pero sí negros y tienen una mala leche que asustan de verdad. Cuando cogíamos la cerámica siempre había que asegurarse de que no tuviese "inquilinos". Más de una vez se me subieron al guante, aunque nunca tuvimos ningún susto serio.
Por cierto, ¡desde aquí va un abrazo para mis amigos del CEIPAC que estos días están excavando ahí!
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