Menudas lagartijas. En el pueblo las hay muy pequeñas, y fáciles de atrapar. Pero en cuanto se sale por los caminos, las lagartijas se convierten en lagartos bien grandes. En la segunda foto podéis ver uno de ellos, aunque como no hay nada para compararlo, parece más pequeña. Perdonad porque la foto no es del todo buena, pero es la única que tengo (maldito autofoco).
De todos modos, para lagartijas, las mexicanas. Un día, en Morelia, me levanté y vi sobre la pared del jardín un "bicho" como el de la segunda foto. En casa estaba una señora encantadora que cuidaba al niño de la casa y le dije que menudo lagarto había en la pared. Se rió, porque había llamado "lagarto" al "lagartijo" que había en la pared. Y es que si hubiese sido lagarto no se habría sostenido en la pared. Dios nos salve de los lagartos mexicanos.....
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